Boda de cuento de hadas (1/3)

BODA DE CUENTO DE HADAS es la expresión perfecta para resumir nuestro gran día. El deseo de toda pareja de novios es que en uno de los días más importantes de sus vidas salga todo perfecto y así fue. Con la gente que queríamos y en el mejor lugar que os podáis imaginar.

Cuando tomas la decisión de casarte, empiezas a planear y a preparar cómo será tu día, tienes muchas ideas, quieres plasmarlas y como tienes tiempo por delante piensas que vas a poder con todo sin ayuda. Pasado no demasiado tiempo ves que conlleva mucho esfuerzo y que la ayuda de alguien te vendría muy bien. Por eso recomiendo 100% tener una wedding planner, verá cosas donde tú no las ves, te aconsejará y te ayudará en todo momento. Así que, gracias en parte a Carole, nuestra wedding planner, nos dejamos llevar. Vimos enseguida que habíamos tomado la decisión correcta y a medida que se iba acercando el día no teníamos ninguna duda de que estaría todo perfecto al llegar al restaurante, todo organizado para ese día y eso nos dio muchísima tranquilidad y confianza.

El tiempo pasó muy deprisa y todas las ideas y preparativos que estaban sobre el papel se iban a hacer realidad, ya que no había tiempo para más, porque llegó el día. El acontecimiento que llevábamos un año preparando y que parecía que nunca iba a suceder.

Ese sábado hicimos la rutina matutina de todos los días: despertarnos no muy tarde, desayunar con mi madre y luego ir a comprar. Seguir con nuestra vida habitual ayudó a que no nos pusiéramos nerviosos antes de tiempo. (Es una recomendación que hacemos).

Comimos juntos como hacemos cualquier sábado y al despedirnos Kike me dijo una frase que tendré grabada el resto de mis días: “ Te espero allí, seguro que irás preciosa, aunque no necesitas nada para estarlo, porque ya lo eres. Te quiero”. Realmente, él es parco en palabras en ese sentido pero me dejó parada y me hizo sentir que lo mejor que iba a hacer era casarme con él.

Hasta la llegada del videógrafo, Kike estuvo jugando a la PlayStation, una válvula de escape para los nervios. Yo estuve viendo cómo peinaban a mi madre y jugando con mi perrita. La tranquilidad reinaba en las dos casas hasta que empezaron a llegar la familia y los amigos. Es cuando, en particular yo, nos pusimos más nerviosos. Notas como una presión, tienes que vestirte, ponerte los complementos, el velo… Imagínate lo nerviosa que estaba que no me puse ni el cancán. Una de mis damas lo vio en otra habitación y me avisó, y menos mal porque sino salgo sin él y no se entera nadie. El tiempo fue pasando rápido, demasiado rápido y sin darnos cuenta, yo estaba de camino al Restaurante donde me esperaban Kike y todos lo invitados.

Una anécdota graciosísima fue la pregunta que me hizo mi padre mientras íbamos en el coche: – ¿Hija ya te has pensado bien lo que vas a hacer?

– Papá, ¡si firmé en el juzgado la semana pasada…!

Y nos pusimos a reír. Me tranquilizó mucho ese momento.

Al llegar, lo primero que hice fue preguntar cómo estaba el novio y me dijeron que muy nervioso y yo me alegré, ya que él demuestra poco sus emociones pero ese día no lo pudo evitar.

Salí del coche, esperé el tiempo reglamentario y salí al jardín. Allí estaba él, me esperaba con una cara de satisfacción que hizo que me dejara llevar. Emoción es lo que sentimos durante toda la ceremonia: dos de las personas más importantes para nosotros dejaron bien claro que les importábamos, no tengo más que decir. Sin ellas, esta boda no hubiera sido igual.

Acabó la ceremonia y para nosotros empezó la fiesta. Creo que fue el momento en que nos deshicimos de ese manto de nervios que teníamos y nos relajamos. Pensamos que el momento que marca toda boda es la ceremonia, es el instante que marca toda boda.

Realmente todo salió a pedir de boca, mejor imposible. La comida excelente, el servicio perfecto, todo a su tiempo, con algún contratiempo que se solucionó al momento y poco más queda que decir. ¡Ah, sí: “Nos volveríamos a casar con la misma persona, en el mismo sitio y con la misma gente”!

Ahora aprovechamos para agradecer a MARRY ME IN SPAIN todo lo que nos ayudó durante todos los preparativos y sobre todo ése día. También queremos darle las gracias a nuestra fotógrafa y a nuestros videógrafos por no dejarse ver, es decir, gracias por no ser una lapa en nuestro cogote. Eso os hace grandes profesionales y creemos que hacéis uno de los trabajos más bonitos del mundo.

Podríamos escribir páginas y páginas sobre lo que ha sido la boda, desde que Kike me pidió que nos casáramos hasta el último baile de la fiesta, pero lo hemos resumido en un breve relato para que os hagáis una idea general de las emociones que se sienten en uno de los días mas maravillosos de nuestra vida. UNA BODA DE CUENTO DE HADAS.

Pero no acaba aquí… Esto es el subidón. En breve, os comentaré… ¡La depresión postboda!

Laura

Foto: En Route Photography

1 comentario en “Boda de cuento de hadas (1/3)”

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