La boda de Esther y de Juan fue una boda de lo más sencilla y auténtica. Esther, quien justo después de elegir el sitio me dijo: «estoy embarazada», (se casó estando de 7 meses) quería una boda sencilla, sin protocolo, ni maneras. Una boda fresca y espontánea. En serio, fue la primera novia que conozco que hizo su entrada hasta el altar… ¡en menos de 60 segundos! ( y ya ni os cuento la salida…)
Los novios querían compartir ese día con sus amigos y familiares todo lo que fuera posible. En este sentido, se hizo una ceremonia y una sesión de fotos no muy largas y se decidieron por una cena cóctel informal donde todo el mundo podía hablar y moverse. El broche final fue el baile que también se hizo en el exterior alrededor de una piscina y de una zona chill-out que instalamos para la ocasión.
La boda se celebró en una masía que se prestaba perfectamente a lo que buscaban los novios: poder disfrutar de sus exteriores de ensueño, de sus amplios jardines y de sus magníficas vistas de las viñas al atardecer.
Ahí va el preview…