Ésta es la historia de una pareja de novios nada convencional. Decidieron casarse en un Palacio en Barcelona. Querían rememorar la ciudad gótica y aprovechar las buenas temperaturas estivales. El catering acompañaba la ocasión: frugal aperitivo, excelente sopa refrescante de gazpacho y bogavante, rodaballo al horno goteado en salsa de albahaca, helado de hierbabuena y crujiente de chocolate y un majestuoso pastel-bizcocho blanco relleno de frambuesas y moras. Un pastel de los de verdad, sin trampa ni cartón. Quizá los cortes triangulares no eran homogéneos, pero eran naturales. El coche que los acercó a la ceremonia era un Rolls Royce Silver Cloud de color champagne sin aire acondicionado. Flores de todos los colores tapizaban los centros de mesa. Y el baile lo iniciaron con un beso y con “I’m Allright”, de Madeleine Peyroux. Era sábado de pleno agosto. Y no llovió. Esta es la historia de una pareja de novios nada convencional. Él se llamaba Peter y él se llamaba Jean Louis. ¿Quieres que te ayudemos a que tu boda no sea convencional?
